martes, 24 de agosto de 2010

Nada se ha perdido

La temporada 2010/2011 no ha comenzado bien para Trujillanos FC. El amarillo y marrón consiguió en el mercado algunas piezas que buscaba como el guardameta Ángel Hernández y el volante-defensor Manuel Rodríguez. Fueron parte de los requerimientos técnicos para ensamblar el plantel.
También lograron cumplir con exigencias puntuales: reforzar el ataque y la zona medular. En la delantera cambiaron a Flavio De Oliveira (no estaba en planes) y Jonathan Copete (se marchó ante una mejor oferta) por la mejor dupla goleadora de la temporada 2009/2010: Norman Cabrera (campeón goleador con 20 tantos) y César Alzate (tercer mejor artillero con 15 tantos).
En el medio se reforzaron con dos jugadores polivalentes y rendidores: Luis García (8 goles), volante mixto con mucha llegada al arco contrario, e Ynmer González, un verdadero caballito de batalla dispuesto para cumplir en cualquier posición del campo de juego.
A la par se logró mantener más de un 80% de la base del grupo que culminó en el quinto puesto la zafra pasada, con una clasificación a la Copa Nissan Sudamericana 2010 y un subcampeonato en la Copa Venezuela 2009.
Armado el grupo se efectuó una exigente pretemporada, la cual llenó los requisitos exigidos. Algunos factores atentaron contra la planificación: Norman Cabrera, Manuel Rodríguez, Ynmer González y Luis García sufrieron lesiones y no pudieron cumplir con el trabajo completo previo a la temporada. Los cuatro jugadores estuvieron listos en las fechas de arranque, pero indudablemente hay que esperar para que alcancen el nivel físico que consiguieron quienes pudieron trabajar sin percances durante la pretemporada.
Iniciaron el año en la Copa Nissan Sudamericana 2010, cayendo en Neiva 4x1 ante Atlético Huila. No se trata de buscar excusas pero el cuadro colombiano llegó con tres fechas encima del torneo colombiano mientras Trujillanos FC lo hizo sin competiciones oficiales. Se cumplió con partidos preparatorios, pero sabemos que el nivel de exigencia no es el mismo.
El torneo apertura 2010 pareció comenzar con buen pie. Durante 85 minutos estuvieron ganando 1x0 en la visita a Yaracuyanos FC en San Felipe. Pero en un tris, todo cambió. El empate al minuto 86 dejó mal sabor a pesar de haber arrancado sumando como visitantes. Y a pesar del sabor, buen punto afuera.
Con gran expectativa se llegó al debut en casa. Ante Estudiantes de Mérida se esperaba una victoria, pero la noche mostró la otra cara del fútbol: cuando las cosas no están para darse.
Los guerreros de la montaña batallaron durante todo el partido y generaron en la primera parte hasta cinco jugadas de gol. Cuatro de estas fueron ahogadas por el guardameta contrario Leo Morales. Estudiantes creció, aprovechó una oportunidad y ganó el partido. Así es este deporte.
A la segunda presentación se llegó con las bajas de Freddy Reyes y Rolando Álvarez ante un equipo como Deportivo Táchira, ensamblado con un fuerte respaldo económico y con un proyecto que mira incluso altos objetivos internacionales.
En gran parte, el partido se jugó de tú a tú. Luego, los errores hicieron mella. Se perdió nuevamente en casa pero ante un rival de mayor estatura.
Si, entremos a este tema sin tapujos. Trujillanos FC reforzó su nómina para mantener lo hecho en la temporada anterior: pelear hasta el final por el título de cada torneo y de la Copa Venezuela, buscar una nueva clasificación internacional.
Hay partidos que no se pueden perder, como el de Estudiantes. Otros, como el del Deportivo Táchira, pueden estar en los cálculos.
En el fútbol venezolano Caracas FC, Deportivo Táchira y Deportivo Petare (exItalia) están en otro nivel por estructura, organización, poder económico y porque llevan años trabajando en un proceso de formación, crecimiento y consolidación. Real Esppor y Deportivo Anzoátegui se armaron con otra filosofía. Poseen un respaldo económico pero pueden ser más vulnerables porque sus procesos apenas comienzan.
Trujillanos FC debe mantener los pies sobre la tierra. Nuestro trabajo es tratar de sacar la mayor cantidad de puntos posibles a estos equipos. Y nuestra obligación es, al resto –sin que se entienda como un menosprecio- ganarles en casa y tratar de ganarles afuera.
Nada se ha perdido. Solo lo de Estudiantes no era previsible. Fue un accidente. Lo demás, pasa. Ahora hay un deber, una tarea ineludible por delante: vencer a Mineros este domingo y comenzar a levantarse.

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